Provincial

Caso Benvenuto: 3 años esperando el olvido

OPINION POR, Norman Robson para Gualeguay21.-

Un día como hoy, hace 3 años atrás, era viernes. Al anochecer, Don Omar Benvenuto dejó la casa de su madre hacia un misterioso encuentro. Su camioneta se encontró prolijamente estacionada sobre la ruta, a minutos de su casa. Nunca se supo más nada de él, y nunca se conocieron resultados de investigación alguna. La Justicia entrerriana, y la Federal, parecen haber sepultado el expediente a la espera del olvido.

La última imagen de Don Omar vivo fue manejando su camioneta por calle 25 de Mayo hacia el norte. Minutos antes, había sido acompañado hasta su vehículo por la empleada de su madre. En aquel momento había recibido un llamado. “Estoy yendo”, había respondido. Según se pudo saber después, con su camioneta tomó por la ruta 12 hasta el kilómetro 241, donde giró en U, la estacionó, y la cerró con llave. El domingo, los perros demostraron que Don Omar había cruzado la ruta y desaparecido. Hasta ahí lo que se pudo saber con certeza.

En su búsqueda se realizó un operativo de extraordinarias dimensiones que duró varios días. Banquinas, caminos, montes, establecimientos. Desde Gualeguay hasta Tala, la Policía de Entre Ríos no dejó nada sin revisar. Pero nada se encontró. Por su parte, la Fiscalía gualeya aceptó rápidamente a la familia como querellante y tomó como datos ciertos sus aportes.

En ese contexto surgió el falso dato de la enfermera, los escandalosos allanamientos a Luis Erro y Hugo Lesca, y, finalmente, los fantásticos pedidos de rescate por los cuales se pasó la causa a la Justicia Federal, donde nunca nada más se supo, y donde su expediente descansa cajoneado desde hace más de treinta y tres meses.

En resumen, a Don Omar se lo buscó, sí, pero… ¿se lo investigó? Nunca nadie supo de que se hayan revisado los posibles móviles de su desaparición, ni a quienes se podrían haber beneficiado con su ausencia. Nadie supo que se hayan examinado los vínculos de negocios de la familia y de la empresa, ni las costumbres del desaparecido. Nada de eso se supo.

Por otro lado, a entender de experimentados criminalistas consultados en aquel momento, la absoluta ausencia de indicios es un claro indicio de que se trató de un trabajo profesional, y que, de tratarse de un secuestro, inmediatamente habrían pedido rescate. Según los especialistas, al poco tiempo de ausente, ya era más probable que Don Omar hubiera sido desaparecido.

Pero nada de todo ésto parece haber sido importante. Y así fue que nada más se supo de Don Omar en la provincia donde las desapariciones se han naturalizado en las últimas dos décadas, y donde la apuesta al olvido siempre ha sido buen negocio.

No puede ser casualidad que, solo en Entre Ríos, entre 2002 y 2019, desaparecieran, y nunca se supiera más nada se ellos, aparte de Don Omar, la familia completa del Mencho Gil (Viale, 2002), Fernanda Aguirre (San Benito, 2004), el niño Kevin Sánchez (Gualeguaychú, 2004), Sebastián Ortiz (San Jaime de la Frontera, 2010, el Pocho Morales (San Jaime de la Frontera, 2011), y César Miño y Sergio Quintana (Concordia, 2017).

Aunque parezca que el sistema espera el olvido de la impunidad y la injusticia, es obligación del periodismo evitarlo.

Norman Robson para Gualeguay21

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