Acetra acompaña la vigilancia de la influenza aviar en Entre Ríos
Como todos los años desde el 2007, un equipo de científicos vino a la región el pasado martes 11 de junio a tomar muestras de anátidos (patos) en el marco de la vigilancia epidemiológica del hoy tan preocupante virus de la influenza aviar. Durante los últimos días, como ya es una costumbre, Acetra los recibió y les brindó toda la logística necesaria para cumplir con sus tareas. Se trata de una operación que sirve para monitorear la evolución del virus y, así, contribuir a la detección temprana de cualquier variante que surja y pueda ser peligrosa para la salud animal.
Durante estos últimos días, con base en el establecimiento Santa Rosa, y con toda la logística dispuesta por la entidad, un equipo de científicos del INTA Castelar, dirigido por el Dr. Ariel Vagnozzi, veterinario a cargo del departamento de virología del Inta Castelar y referente del tema en el país, recopiló cientos de muestras del tracto digestivo urinario de distintos ejemplares provistos por la actividad, las que serán analizadas en el laboratorio del SENASA para mantener un registro y mapeo del virus de la influenza aviar.
Según explicaron a Acetra, se trata de un proyecto conjunto del INTA y el SENASA que tiene por objetivo recabar datos sobre cualquier presencia viral en las poblaciones de estas aves migratorias portadoras del virus. A partir de estos datos, se podrá conocer, cada temporada, cualquier presencia del virus de la influenza, y, en particular, los detalles de su tipología.
De ese modo, como el genoma de este virus, propio de la gripe aviaria, es segmentado, y en su evolución puede intercambiar segmentos con otras variantes, esta vigilancia epidemiológica permite detectar cada nueva versión circulando, las cuales suelen no ser peligrosas. Éstas, aunque hoy no representen un riesgo para la salud humana o animal, sirven para conocer en detalle la evolución del virus, lo que puede llegar a ser determinante en el futuro frente a una versión que sí sea dañina.
Ahora bien, si durante la vigilancia se descubre una variante peligrosa, se disparan los mecanismos de respuesta, por los cuales se toman las medidas adecuadas para el caso, y se evita cualquier diseminación.
Este tipo de vigilancias se vienen realizando en la provincia, en temporada de caza, desde 2007, y se interrumpió solo en 2020 por la pandemia, para ser retomada en 2022, con especial énfasis a partir de la amenaza del virus H5N1. Al mismo tiempo, el INTA y SENASA tienen previsto complementar esta vigilancia de aves migratorias en invierno con una vigilancia ambiental estival de otras especies, en áreas protegidas, parques nacionales y otros espacios.
Por último, vale destacar que, de este modo, Acetra, al igual que asociaciones pares en el resto del mundo, pone a disposición de la ciencia y sus agencias toda su estructura, y la de sus socios, en este caso para el estudio de enfermedades y su prevención