Hola amigos, hoy voy a escribir respecto a mi función laboral finalizada hace poco tiempo, la que me permitió conocer y aprender a darme cuenta que no siempre las personas obramos de buena fe.

Desde el anonimato me acusaron con diferentes atributos…jamás contesté. Que fui puesta a dedo, que no reunía los requisitos para el cargo, que no se había hecho concurso, etc, etc,etc. Lo que yo sí sabía, es que contaba con 32 años de antigüedad en la docencia, haber rendido la oposición de directivos con notas sobresalientes, de haber formado a docentes del Profesorado de Primaria ( Residencia) en varias cohortes, como así también a los Supervisores que aún hoy, algunos de ellos, siguen en función. Mi defecto, quizás fue capacitarme y estudiar porque considero que un profesional debe hacerlo. Así transité los niveles: Primario, secundario, terciario y universitario.

El tiempo pasa, los funcionarios también. Las instituciones quedan y creo personalmente que ahí radica la importancia de mantenerse en la “linea”.

Cuando se opina “sin conocer”, corremos el riesgo de equivocarnos y esto es preocupante, sobre todo si se esconde la identidad…que es lo que nos hace “únicos “. Abrazo y bendiciones amigos.