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Langostas en Entre Ríos: la historia de una pulverización abortada

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Una demora en la autorización de una aplicación aérea en la zona donde estaba asentada la manga impidió la operación. Cuando el avión estaba pronto a carretear, las langostas ya se habían ido del lugar.    Danilo Lima

La historia comenzó la noche del lunes cuando Roque Mario Tito, a través de un mensaje de whatsapp, les confirmaba a otros productores que “tuvimos la visita de los bichos…”.

Los bichos, claro, eran las langostas que estaban asentadas en una zona arbolada, entre unos lotes de avenas y praderas, de El Rincón de los Negros, el establecimiento de Tito ubicado en cercanías de Los Conquistadores. “Son millones”, remarcaba el hombre, angustiado.

La manga, según pudo reconstruir DOS FLORINES, había pasado por Los Conquistadores a las 14.30 del lunes y ya para esa hora los productores estaban decididos a realizar una aplicación ni bien se asentara en algún lugar.

Este martes, a la mañana temprano, las langostas permanecían en El Rincón de los Negros y los productores seguían resueltos a pulverizar, pero los técnicos del Senasa –el organismo que coordina las acciones de lucha contra la plaga y lleva la voz de mando en esta materia– no autorizaron la aplicación porque a unos tres mil metros corre un curso de agua y la legislación, alegaban, lo prohíbe.

Mientras tanto, el director general de Agricultura de Entre Ríos, Carlos Toledo, en comunicación con productores y técnicos privados, les confirmaba que sin autorización del Senasa no se podían realizar aplicaciones.

El funcionario provincial, seguidamente, habló con Pablo Flores, el coordinador de los técnicos del organismo nacional que monitorean los movimientos de las langostas, y le explicó que en Entre Ríos, de acuerdo a la normativa provincial vigente, sí se pueden aplicar insecticidas a menos de 3.000 metros de un curso de agua. Recién después de esa charla, Flores dio el OK y autorizó la aplicación.

Paralelamente, Ricardo Burgos, representante de la Fucofa en la zona, se comunicaba con Héctor Medina, el coordinador del Programa Nacional de Langostas y Tucuras del Senasa, quien le confirmaba que no había problemas para realizar pulverizaciones, siempre y cuando se tomaran los recaudos de cualquier aplicación de fitosanitarios y se cumpliera con las exigencias de la ley.

Es decir, mientras la máxima autoridad del Senasa en materia de lucha contra las langostas decía una cosa, los técnicos del organismo en el territorio sostenían otra. La desinteligencia fue evidente.

Y las langostas volaron.

En medio de estas idas y vueltas, de estos dimes y diretes, pasaron unas tres o cuatro horas. Mucho tiempo.

Los aeroaplicadores, por su parte, tenían desde hacía rato todo listo para efectuar la pulverización, pero la mañana avanzaba, el cielo se despejaba y la temperatura empezaba a calentar. Cuando el avión estaba pronto a carretear llegó la noticia de que las langostas ya se habían ido.

“Es lamentable que los técnicos del Senasa no conozcan las legislaciones de las provincias”, se quejó un productor de la zona, porque “perdimos la oportunidad de, al menos, reducir la manga”.

A buscarlas de nuevo.

Con la aeroaplicación abortada, después del mediodía, recomenzó la búsqueda de la manga, sin mayores precisiones.

Algunos técnicos, consultados por este portal, creen que las langostas pueden estar volando hacia el centro de la provincia, pero algunos productores las vieron pasar por la zona de El Redomón, en el departamento Concordia.

La última noticia, en este sentido, decía, al caer la tarde de este martes, que la manga había sido ubicada en Colonia La Gloria, en el departamento Federación, en proximidades del kilómetro 292 de la autovía. Mientras, al cierre de esta nota, dirigentes rurales y funcionarios de la provincia y el Senasa debatían, vía zoom, los pasos a seguir.

En la zona, sin embargo, una productora se esperanzaba: “Capaz que tengamos suerte, no baje mucho la temperatura, y las langostas crucen al Uruguay… y ahí sí los uruguayos las van a matar, porque los uruguayos siempre hacen lo que hay que hacer”.

 

 

 

 

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